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Foto del escritorPastoral FCEV

Carta de tu amigo Juan..

Estimad@ amig@. Shalom. Paz.


¡Bienvenid@ a esta peregrinación por la tierra de María y Jesús! ¿Qué tal estás? ¿Nervios@? ¡Es normal! Yo también me pongo algo inquieto antes de salir de viaje… pero ya verás lo bien que lo pasamos, lo mucho que aprendemos y, sobre todo, cómo crece nuestro cariño por la Virgen María y por su hijo Jesús.

¡Ay, perdón, que no me he presentado! Mira, yo me llamo Juan… o John (en inglés) o Jean (en francés), Giovanni (italiano), Jon (en euskera), Joan (en catalán) … o, como mucha gente me conoce, “el discípulo amado”, según los evangelios. La verdad es que Jesús quería a todos sus seguidores, pero yo me sentí muy querido por Él en todo momento y recuerdo el gran regalo que me hizo Jesús antes de morir en la cruz. Me dijo que tomara a su madre María como a mi propia madre. Y así hice yo, acompañé a María muchos años hasta que se fue al cielo. Y, claro, en tanto años a su lado surgieron al calor del fuego muchas conversaciones interesantes en los atardeceres. Y, así, poco a poco, ella me fue contando las aventuras que vivió y que guardaba en su corazón. Ella misma me dijo que yo las contara a todos aquellos niños que quisieran conocerlas. Y por eso en este viaje quisiera ir visitando contigo los lugares más importantes en los que vivió María y, de ese modo, te voy contando poco a poco su historia. ¿Te parece?

Por cierto, ¿has preparado el equipaje? Vamos a viajar a Israel, que está a unos 3.500 Km de Madrid y a más de 12.200 Km de Bogotá o Ciudad de México. Lleva ropa fresca pues, salvo en invierno, las temperaturas son agradables e incluso calurosas. Pero no te preocupes por lo demás porque he dicho al resto de apóstoles que preparen una comida exquisita y unas habitaciones cómodas. ¡Eso sí! Aquí cantan los gallos a todas horas por la noche, así que espero que no tengas el sueño muy ligero.


Una vez que lleguemos al aeropuerto de Tel Aviv (capital de Israel), tomaremos un bus que nos llevará hasta Jerusalén, la Ciudad Santa en la que actualmente conviven la religión judía, musulmana y cristiana. ¿Sabes por qué? Porque dicen las antiguas leyendas que en esta ciudad se conocieron los padres de María -que se llamaban Joaquín y Ana, justo en una de las puertas de las murallas de la ciudad ¡en la puerta dorada! Allí se abrazaron y comprendieron que Ana estaba embarazada de una niña preciosa, que sería María.

¿Y sabéis dónde dicen las leyendas que estudió? ¡Ni más ni menos que en el Templo de Jerusalén! Normal, porque ella nació y vivió en una calle muy cercana. No sé si tú vives lejos o cerca del colegio. María no tenía que ir ni en coche, ni en bici, ni en metro, ni en bus… ¡más que nada porque tampoco existían en su tiempo! Como mucho el burro. Pero ella iba andando al Templo y allí aprendió a leer las Escrituras Sagradas y a rezar y a querer a Dios. De hecho, el 21 de noviembre se celebra la fiesta de la Niña María o de la Presentación de María en el Templo. Tenía 3 años, que era la edad mínima para entregarse a Dios. Ella quería, desde muy pequeña hacer lo que más agradaba a Dios.


Bueno, hoy ya te he contado muchas cosas. El próximo día sigo con más historias, ¿te parece? Me ha encantado estar contigo. Seguro que nos hacemos muy buenos amigos. Mucho ánimo, disfruta del viaje y presta atención a las pistas del enigma y al puzzle misterioso. Y recuerda la palabra de despedida: ¡EUNTES!, que significa ¡id!, porque todos los que conocemos a Jesús y a María nos sentimos con tanta alegría que vamos y anunciamos el mensaje del amor.

Tu amigo, Juan, el apóstol más joven, al que suelen pintar sin barba, el evangelista, el discípulo amado.

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